Esta presentación de la Sloan School of Management del MIT ilustra muy bien el dilema al que nos enfrentamos al ser dos personas distintas dependiendo de nuestros estados emocionales. Una de las conclusiones que podemos sacar de las investigaciones es que los problemas de auto-control son resultado de nuestra incapacidad de predecir y controlar nuestro comportamiento en caliente cuando estamos en frío.
Esto supone además un gran reto para los operadores de los mercados financieros. Tendemos a elaborar nuestros planes y a trabajar en nosotros mismos cuando estamos en un estado relativamente calmado y frío. En las condiciones reales en caliente del riesgo y la incertidumbre, no obstante, es probable que nos comportemos de forma bien distinta.
Por este motivo, cuestiono el valor de sencillamente hablar con un terapeuta o un entrenador como método para cambiar el comportamiento. Si el estado en el que está cuando está trabajando en sus problemas es muy distinto del estado en el que está cuando se comporta de forma problemática, probablemente su trabajo le sirva de muy poco.
Un mejor enfoque es utilizar una visualización guiada y estructurada para recrear situaciones en caliente y a continuación practicar mentalmente los pensamientos y comportamientos deseados en esas condiciones. Cuánto más vívidos sean los escenarios – cuanto más evoquen sus respuestas en caliente – más probable es que los comportamientos practicados se trasladen al comportamiento en tiempo real.
Puede que esta técnica funcione porque entrena a las personas a activar sus sistemas “fríos” precisamente cuando es más probable que estos se vean suprimidos. De ser así, puede que sea posible minimizar algunos de los sesgos del “razonamiento motivado” al seguir los mercados – nuestra tendencia a percibir datos y llegar a conclusiones que respalden nuestras preferencias pre-existentes.
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