Todos los fines de semana paso varias horas repasando mis indicadores, leyendo los mejores blogs y artículos que puedo encontrar y repasando mi rendimiento de trading de la semana que acaba.
De ahí sale un plan provisional para la semana: una idea de hacia dónde creo que se dirigen los mercados, una idea de qué otros posibles escenarios pueden darse, planes específicos para esos escenarios y metas concretas para mejorar mi trading con respecto a la semana anterior.
Semana tras semana, esa preparación se va acumulando. Desarrolla un sentido de maestría y aumenta la confianza. No hay nada como la sensación de saltar al terreno de juego y saber que uno se merece ganar porque se ha preparado.
Solía tener esa sensación en la universidad. Me pasaba noches preparando los exámenes, mientras otros dormían o se iban de fiesta. Llegaba agotado a los exámenes, pero daba igual. La adrenalina – y la tranquilidad de que me sabía el material del derecho y del revés – me mantenía durante el examen. Sabía que si no tenía una media acumulada del 3,5 (en el sistema americano), no iba a entrar al doctorado de psicología. Eso me motivaba y me esforzaba cada vez más a medida que iba pasando de curso. Mi media en los últimos dos años rozaba el 3,9.
Cuando entraba en el aula del examen, sabía que tenía buenas probabilidades de bordar el examen. Era una sensación estupenda. Más adelante, tuve esa misma sensación como psicólogo. Cuando era nuevo, pedía los casos de emergencias más difíciles – los clientes suicidas, los problemas difíciles de tratar – porque sabía que tenía una ventaja en mi preparación. Quería tener la pelota cuando se acababa el tiempo.
No se trata de un exceso de confianza ni de chulería. Se trata de estar preparado y de saberlo en lo más profundo de nuestro ser. Es la mejor sensación en el mundo y es la que veo en la mirada de muchos jóvenes y excelentes traders.
Traducido del original: Preparation, Performance, and the Look of Success
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