Comienza con la incertidumbre. El trader no está seguro de en qué dirección se va a mover el mercado, pero siente la necesidad de realizar una operación. En vez de esperar y permitir que el mercado le muestre su mano, el trader se pega aún más a la pantalla, con la mano en el ratón, listo para apretar el botón.
El mercado se mueve al alza varios ticks, al entrar uno o más programas de trading en los futuros del S&P.
El trader ahora se frustra: “Debería haber comprado aquí”. Se agazapa aún más, fijándose en cada tick.
El mercado sube un tick y después lo baja. Es un mercado lento. El trader no ve que el reciente movimiento alcista se produjo con un volumen mínimo y que la operativa durante el mediodía está bastante parada. De repente, el mercado sube un tick más y el trader ya no puede aguantarlo más. Entra a mercado con su tamaño habitual, temeroso de perderse el movimiento alcista.
No tiene un objetivo de beneficios ni un stop lógico. No se trata de una operación pensada con objetivos de riesgo/recompensa sencillamente porque no tiene ningún parámetro. Es una operación pensada para minimizar el agobio de no estar a bordo de un movimiento.
De repente, el mercado se da la vuelta y retrocede lo que había avanzado. Ahora el trader tiene que salirse con una pérdida o aguantar ahí y esperar que se vuelva a dar la vuelta. Su frustración aumenta, llevándole a seguir operando en exceso y aumentando las probabilidades de que se aferre a – e incluso añada a – sus posiciones perdedoras.
Nuestro trader no está operando para ganar dinero. Está operando para regular su estado emocional. Una vez que se crea la necesidad de operar y de ganar dinero – y una vez que su voz perfeccionista le empieza a decir: “debería haber comprado allí” – ya no se fija en los mercados. Es cuando esas frustraciones se acumulan con el tiempo, volviéndose un círculo vicioso, que los traders pierden los papeles.
Los traders pueden evitar muchos de estos descarrilamientos manteniendo una postura y una respiración relajadas y practicando mentalmente una mentalidad que le diga que no pasa nada por perderse un movimiento – siempre habrá más oportunidades. La costumbre de tomarse un descanso durante la sesión de trading, revisar su estado mental y despejarse la mente es muy efectiva al respecto. Identificar claramente los parámetros de cada operación – el tamaño ideal, unos objetivos razonables en base al movimiento del mercado, unos stop-loss que hagan que el riesgo y la recompensa sean proporcionados – también contribuye a asegurarse de que es usted quien controla su operativa y no al revés.
Hay muchas formas en las que el cuerpo controla la mente. Si no está calmado físicamente y sereno, será difícil tomar decisiones de trading en calma y serenamente. Al observarse a sí mismo mientras opera, obtiene la capacidad de interrumpir las secuencias destructivas y recuperar el control. Al final, perder los papeles es el resultado de una pérdida de la conciencia de uno mismo. Una vez que recuerde que está usted ahí, será capaz de acceder a sus habilidades y conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario