jueves, 18 de marzo de 2010

Jugar antes de trabajar: un principio clave del rendimiento máximo

Un reciente artículo sobre la esencia de la grandeza destacó la importancia de la inmersión en el proceso de aprendizaje para maximizar los beneficios de la práctica estructurada. Lo que encontramos entre los que están camino de convertirse en los mejores en sus campos es que no sólo trabajan duro, sino que además se absorben completamente en su aprendizaje porque lo consideran intrínsecamente fascinante y desafiante.

Si examinamos distintos campos de rendimiento, encontramos un desarrollo común: antes de que los expertos se puedan ganar la vida con su trabajo, atraviesan un largo periodo de desarrollo de sus habilidades. Vemos esto en los atletas, los cirujanos, los campeones de ajedrez y los artistas. Antes de comenzar sus carreras profesionales, han pasado largos periodos en un proceso de aprendizaje, a menudo contando con un mentor.

En el trading, es habitual ver programas de entrenamiento que duran entre unas pocas semanas y unos pocos meses antes de intentar ganarse la vida con los mercados. No resulta sorprendente que una gran proporción de los estudiantes en dichos programas no tengan éxito. Las exigencias de ganarse la vida con el trading intentan atajar el camino natural de inmersión del aprendiz de élite. Igual de problemática resulta la naturaleza tan breve del entrenamiento que supone que tan sólo se dé información en vez de desarrollarse las habilidades de forma sostenida. Una cosa es aprender sobre los mercados y los patrones; otra bien distinta es operar sobre los mismos con éxito.

Al buscar entrenamiento como trader, es importante identificar las actividades que desarrollen nuestras habilidades – y la secuencia de esas actividades – que son las que apoyarán una curva acelerada de aprendizaje.  Los actores aprenden actuando, los futbolistas chutando, los jugadores de ajedrez jugando… y aprenden recibiendo un feedback continuo sobre su rendimiento. El entrenamiento conlleva mucho más que absorber información de un conferenciante; antes de que se inscriba en algún curso caro, asegúrese de que el programa sea uno que pueda mantener su interés y que le suponga esforzarse. Los que llegan a la élite cultivan sus habilidades porque su desarrollo les resulta más un juego y un desafío que un duro trabajo.

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