En el trading aprendemos a dominarnos a nosotros mismos, incluso mientras afinamos nuestras habilidades.
El trading nos enseña a identificar y perseguir las oportunidades a pesar de la incertidumbre.
El trading requiere que entendamos y respetemos el riesgo, sin que nos paralice.
El trading nos empuja a buscar situaciones que ofrecen más recompensa que pérdida, a aferrarnos a lo que nos beneficia y a salirnos de lo que no.
El trading requiere que estemos preparados y que seamos disciplinados, que continuamente aprendamos y volvamos a aprender.
El trading nos enseña que hay ocasiones en la que hay que ser agresivo, ir tras nuestras convicciones con confianza; también nos enseña el valor de la prudencia y a proteger lo que tenemos.
El trading nos llama a ser pacientes – y a actuar con decisión; a creer en nosotros mismos – y a ser conscientes siempre de nuestros puntos vulnerables.
El trading nos anima a ser más de lo que somos siendo más de quienes somos cuando damos lo mejor de nosotros mismos.
Traducido del original: Why I Am A Trader
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