Mostrando entradas con la etiqueta Conocimiento implícito. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Conocimiento implícito. Mostrar todas las entradas

martes, 6 de octubre de 2009

Desarrollar una sensibilidad para los mercados mediante la inmersión en los patrones de trading históricos

Una parte clave de mi preparación para el día de trading consiste en realizar investigaciones históricas de los patrones de mercado actuales. Por ejemplo, si observo que un índice ha bajado durante dos sesiones consecutivas, culminando en un precio de cierre que es el mínimo de 10 días, consultaré el historial del mercado para ver lo que típicamente ha ocurrido a continuación.

No opero mecánicamente en base a este sesgo; lo que hago es tratarlo como una hipótesis para el movimiento de precios de los días siguientes. Si el comportamiento en tiempo real del mercado respalda la hipótesis, el trasfondo histórico me proporciona una convicción un poco mayor en la idea de trading. En ese sentido, los estudios históricos podrían verse más como una investigación (cualitativa) para generar hipótesis que una investigación (cuantitativa) para testear una hipótesis.

Todos mis estudios los realizo con una base de datos histórica que he recopilado, con análisis y gráficos en Excel. Un capítulo del libro el Entrenador de trading diario (de próxima publicación en español por MCapital) explica en detalle cómo creé la base de datos y llevé a cabo los análisis.

Buena parte del arte de la investigación, no obstante, consiste en saber qué investigar. ¡Cualquiera puede realizar 20 estudios y encontrar el único resultado que es significativo con una probabilidad del 0,05! Los estudios más prometedores son aquellos que tienen sentido conceptualmente; los que capturan cómo piensan y se comportan los traders en realidad.

Por ejemplo, cómo ven los traders las acciones de los mercados emergentes dice mucho sobre sus actitudes frente a los activos de riesgo en general. Si los traders son alcistas con respecto a los mercados emergentes, entonces probablemente también sean alcistas con respecto a una serie de activos, desde las commodities a la deuda de los países emergentes. Estos factores de sentimiento probablemente conduzcan a tendencias direccionales sobre las que merezca la pena operar.

A modo de ejemplo, examiné los datos hasta el 2006 para ver qué ocurría cuando el cambio de cinco días en las acciones de los mercados emergentes (EEM) sube un 2% o más y cuando baja un 2% o más. Es interesante que cuando EEM ha cotizado con fuerza sobre una base de cinco días, los siguientes cinco días en el SPY han sido débiles, promediando una pérdida de -0,44% (130 al alza, 162 a la baja). Cuando EEM ha estado débil sobre una base de cinco días, los siguientes cinco días en el SPY han promediado una ganancia de 0,08% (128 al alza, 97 a la baja).

Pero cuando examinamos los 20 días siguientes a una fortaleza o debilidad de cinco días en EEM, vemos un patrón distinto. A los veinte días de un periodo fuerte de cinco días en EEM, SPY ha promediado una pérdida de -0,51% (162 al alza, 130 a la baja), no muy distinto de su rendimiento a cinco días. Veinte días después de un periodo débil de cinco días en EEM, el SPY ha mostrado una mayor debilidad, con un descenso medio de -1,21% (119 al alza, 106 a la baja).

En otras palabras, en un periodo temporal corto, hemos visto un comportamiento en contra de la tendencia en el SPY tras fortaleza/debilidad en EEM, pero en un marco temporal intermedio se disipa. Desde luego, esto es un punto de partida para una investigación más a fondo para ver si otros factores (tendencias de mercado más largas; el comportamiento de otros activos) podría afectar la relación entre la fortaleza/debilidad de EEM y los posibles cambios de precios en SPY. Muchas buenas ideas de trading vienen de examinar en mayor detalle los patrones y preguntarse por qué podrían darse.

Es sorprendente cómo llevar a cabo estos estudios día tras día le da a los traders una sensibilidad de cómo se mueve el mercado y de cómo están conectados los distintos mercados. No hay ninguna contradicción entre estar inmerso en los datos y actuar discrecionalmente al operar: con el tiempo, los datos son una poderosa fuente de reconocimiento de patrones.

Traducido del original: Gaining a Feel for Markets by Immersion in Historical Trading Patterns

lunes, 24 de agosto de 2009

El aprendizaje implícito y la mente sin ataduras

En mis libros, he descrito el reconocimiento de patrones como fundamental para el trading; estos patrones se aprenden mediante un proceso de aprendizaje implícito. El aprendizaje implícito ocurre cuando somos expuestos a múltiples ejemplos de patrones y nos volvemos sensibles a las reglas o a la regularidad de estos patrones. Este proceso es implícito en el sentido de que ocurre sin un cálculo consciente. Por ejemplo, los niños pequeños pueden hablar en construcciones gramaticales – al haber escuchado muchísimos patrones de oraciones a lo largo del tiempo – pero no pueden verbalizar las reglas de la gramática correcta. De forma parecida, sabemos cómo actuar y reaccionar en situaciones sociales, al haberlas experimentado muy a menudo, pero nunca podríamos formular suficientes reglas como para reflejar nuestra sensibilidad a otras personas.

Cuando los traders ven suficientes ejemplos de oferta y demanda, desarrollan un “tacto” de los mercados que es resultado del aprendizaje implícito. Invariablemente, los traders a muy corto plazo (los scalpers) con los que he trabajado no pueden verbalizar sus reglas para las entradas y salidas. Reaccionan a lo que ven, tras haber visto desarrollarse esos patrones miles de veces en el pasado.

Esto es por lo que muchos operadores intradía con experiencia animan a los principiantes a no pensar demasiado en los mercados. No es anti-intelectualismo; simplemente se dan cuenta de que el pensamiento explícito puede interferir con el acceso a patrones registrados implícitamente.

Cuando los traders personalizan su operativa – cuando vinculan su auto-estima con sus resultados – pierden acceso a esa conciencia implícita. En esos momentos, ya no se trata de los patrones del mercado; se trata del trader. Una mala operativa no es necesariamente una operativa emocional; al fin y al cabo, es una especie de sensación la que alerta a los traders sobre lo que saben. Más bien, la mala operativa comienza con las ataduras: a nuestras ideas, a los resultados de trading, a la reputación, a tener razón. Una vez que nos vemos encadenados a lo que nos pueden dar los mercados, dejamos de ser receptivos a lo que sabemos implícitamente. En ese momento, ya no estamos pensando en los patrones, estamos reaccionando a nuestros deseos y necesidades sin pensar.

Esto es en lo que muchos consejos de auto-ayuda y de entrenamiento de trading se equivocan. No se trata de pensar más positivamente sobre uno mismo; se trata de eliminarse a uno mismo de la ecuación del rendimiento en el trading. No podemos acceder a lo que sabemos implícitamente cuando estamos bloqueados en un patrón ciego de pensamiento explícito. Permanecer sin ataduras con respecto a los resultados de nuestras acciones cuando estamos rodeados de un riesgo y recompensa enormes: esto es por lo que el trading es a la vez un desafío tan desconcertante y noble.

Traducido del original: Implicit Learning and the Unattached Mind

miércoles, 29 de julio de 2009

El aprendizaje implícito, el aprendizaje en un solo intento y el rendimiento en el trading

En mi último artículo, sugerí que buena parte del rendimiento en el trading depende del aprendizaje implícito y que los factores psicológicos afectan al rendimiento hasta el punto en que interfieren con el acceso a lo que sabemos (pero no necesariamente sabemos que sabemos). Abundantes investigaciones han demostrado que las personas pueden aprender gramáticas artificiales sin ser capaz de verbalizar las reglas subyacentes a esas gramáticas. Interesantemente, los pacientes con amnesia total todavía retienen la capacidad de realizar tareas rutinarias, tal y como atarse los zapatos. En estos casos, las personas muestran un aprendizaje que no es explícito. El sello distintivo de ese aprendizaje es que no ha sido adquirido a través de los medios de estudio habituales, sino mediantes la repetición frecuente.

Otra línea de investigación sobre el aprendizaje se centra en el aprendizaje en un único intento. En algunos casos, no parece que la repetición sea necesaria para aprender. Más bien, una única exposición puede generar un aprendizaje duradero. Esto va en contra de la noción de que es necesario mucho estudio para el aprendizaje explícito y que se necesita una repetición considerable para el aprendizaje implícito. Es significativo que los ejemplos típicos de aprendizaje en un solo intento tienen que ver con la novedad: cuánto más destaca algo en nuestra experiencia, más probable es que lo procesemos de forma duradera. Un buen ejemplo de esto es la aversión a un sabor. Estoy en Singapur ahora, en donde el durián es una fruta muy conocida. Una única exposición al durián para aquellos que lo encuentran muy fuerte deja una impresión duradera: ¡es poco probable que se olvide!

Los miedos condicionados pueden ser ejemplos parecidos de aprendizaje en un solo intento. Vemos esto en su expresión más fuerte en el estrés post-traumático: un único evento muy estresante puede producir patrones de evasión, ansiedad y retraimiento que duren toda la vida. Tras el trauma de una violación, por ejemplo, una mujer aprende asociaciones completamente distintas con respecto a los hombres, que alteran su comportamiento.

La novedad y el poder de algunas experiencias de condicionarnos emocionalmente no son variables todo-o-nada. Algunos eventos se consideran más nuevos o más impactantes emocionalmente que otros. Estos son los que es más probable que se mantengan en la memoria. La investigación en el proceso de la psicoterapia ha descubierto que los elementos que más se recuerdan de las sesiones – y que afectan más a los clientes – son aquellos que son nuevos y cargados emocionalmente. Esto no es necesariamente aprendizaje en un solo intento, pero sí es aprendizaje acelerado.

Otro factor que parece separar a los terapeutas con éxito de los que tienen menos éxito, por ejemplo, es su habilidad para generar experiencias nuevas e impactantes desde el punto de vista emocional para sus clientes. Un cliente tiene miedo al cambio y habla sobre ello con otros en una terapia de grupo; otro cliente tiene el mismo miedo y de repente se le pide que cambie liderando el grupo. Superar esta experiencia con éxito muestra a la persona que el cambio no tiene por qué ser amenazador. Es mucho más probable que se internalice esto que un simple mensaje verbal que dice: “el cambio no tiene por qué ser amenazador”.

En lo que fallan a menudo los traders en su desarrollo es que sus eventos más nuevos y emocionalmente poderosos tienden a ser negativos, particularmente en lo referente a perder dinero. Esto puede que no genere un aprendizaje en un solo intento, pero repetido incluso con una frecuencia moderada puede generar un tipo de aprendizaje implícito en el que ciertos tipos de participación en el mercado se vinculan con ciertos resultados negativos. Como todo el aprendizaje implícito, esto probablemente no se verbalice conscientemente. Más bien, es evidente en los cambios repentinos en el estado de ánimo y en los comportamientos bajo ciertas condiciones de mercado.

Para mucha gente, el que el reconocimiento de patrones sea el resultado de un aprendizaje implícito tiene sentido, particularmente entre traders de alta frecuencia. Lo que puede que no esté tan claro es que los problemas que afectan a los traders también pueden ser el resultado de un proceso implícito en el que lo que se aprende se acelera y se cimienta con altos grados de novedad y de impacto emocional. Si eso es lo que ocurre, una charla con un entrenador o un terapeuta puede que no sea la forma más efectiva de tratar estos problemas. Más bien, un aprendizaje positivo guiado en condiciones de novedad y emocionalidad elevadas puede ser lo más efectivo. Esto ayudaría a explicar por qué las terapias de condicionamiento clásicas, tal y como los métodos de exposición sobre los que escribí en Mejorar el rendimiento en el trading ­ – y que también aparecen en El entrenador diario de trading – son particularmente eficaces para los problemas como el estrés traumático y la ansiedad por el desempeño.

Si podemos aprender a estructurar y acelerar nuestro aprendizaje para maximizar la profundidad y la velocidad de la adquisición del conocimiento y las habilidades, esto tiene importantes implicaciones para mejorar el rendimiento en el trading y para tratar con las fuerzas psicológicas que impiden el rendimiento.

Traducido del original: Implicit Learning, Single-Trial Learning, and Trading Performance

lunes, 13 de julio de 2009

Aprendizaje implícito: la clave para el rendimiento en el trading

Mi reciente artículo hizo hincapié en el papel que desempeña una buena planificación en el trading de éxito. Aunque la planificación de las operaciones es tan importante para el trader, como lo es planificar un partido para un quarterback, la realidad es que el rendimiento de un trader, como el del quarterback, es una función conjunta de la intuición y una cuidadosa previsión. El quarterback puede decidir que van a realizar una jugada de pase, con el lateral yendo al medio del campo como receptor principal, pero siendo presionado por los defensas puede optar por pasar el balón a un corredor o salirse de la zona de protección y buscar a otros receptores secundarios. De forma parecida, el trader puede planear una operación en una ruptura por debajo del mínimo del día, pero al observar un volumen muy bajo por las vacaciones, tomar beneficios antes de llegar a su objetivo cuando el NYSE TICK no consigue alcanzar unos mínimos decisivos en un movimiento a la baja.

Una de las experiencias formativas de mi carrera como psicólogo fue observar a los traders de alta frecuencia en Chicago (los que realizan 50-100 o más operaciones al día de forma discrecional) ganar dinero consistentemente, día tras día, semana tras semana, año tras año. Cuando vi cuánto pagaban en comisiones cada día y que aún así ganaban dinero, me di cuenta de que sus habilidades eran mayores que cualquier eficiencia de mercado.

Tal vez lo que me resultó más interesante fue que estos trader normalmente no me podían explicar en palabras cómo estaban tomando sus decisiones. Sí, podían señalas los cambios en el flujo de órdenes, el volumen, etc. – y sí, el tamaño de sus posiciones y sus ideas sobre limitar las pérdidas y tomar beneficios tenían un fuerte elemento de planificación previa – pero la mayoría de sus decisiones eran como la improvisación del quarterback. Me quedó claro que sabían mucho acerca de los mercados, pero no parecían saber lo que sabían.

Darme cuenta de esto me llevó a investigar el campo del aprendizaje implícito mientras escribía mi libro sobre el rendimiento en el trading. También me llevó a este artículo clave sobre la base objetiva del conocimiento subjetivo. Parece ser que, particularmente en el ámbito del reconocimiento de patrones, procesamos el mundo mucho mejor de forma implícita y subconsciente que explícitamente. Cuando conduzco, respondo al movimiento brusco del coche en el carril de al lado prácticamente de forma inmediata, antes de identificar conscientemente lo que ese coche está haciendo. Esto tiene sentido desde el punto de vista evolutivo: si necesitásemos evaluar racional y conscientemente cada amenaza antes de responder, no sobreviviríamos mucho tiempo como cazadores, pilotos de caza o pilotos de coches de carreras.

Un excelente artículo de investigación que me pasó un lector alerta (¡muchas gracias!) señala que el cerebro humano está diseñado para tomar decisiones lógicas de modo implícito. Por ejemplo, una investigación mostró cómo unos individuos a los que se les puso a observar una pantalla de ordenador en la que la mayoría de los puntos se mueven aleatoriamente, pero algunos se mueven con una ruta determinada pudieron al final realizar predicciones precisas sobre la dirección de los puntos programados, más allá de niveles atribuibles a la suerte. Los cálculos matemáticos necesarios para realizar estas predicciones están por encima del nivel de muchos de estos participantes. Más bien, sus cerebros captan las distribuciones de probabilidad en los datos y los sujetos los identifican en base a una “sensación” de lo que ocurrirá a continuación con los puntos.

El motivo por el que la psicología es crucial para los traders, en desarrollo o experimentados, es que el acceso a este conocimiento implícito, sentido, se ve alterado con facilidad por factores como la fatiga, la preocupación, la frustración y la presión por rendir. De hecho, uno de los errores más comunes que cometen los traders es que intentan solucionar los problemas de rendimiento pensando más. Como el insomne que pasa despierto más y más tiempo pensando en intentar quedarse dormido, el trader que analiza y se preocupa por el rendimiento pierde esa “zona” en la que las distribuciones de probabilidad se presentan implícitamente.

Los traders de éxito, con experiencia, saben más de lo que saben que saben. Su rendimiento depende crucialmente de su habilidad para mantener un estado mental en el que puedan acceder a su conocimiento implícito. Mantener esa “zona” será el tema del segundo artículo en esta serie.

Traducido del original: Implicit Learning: The Key to Trading Performance