martes, 27 de abril de 2010

Terapia breve – segunda parte: la visión y las metas

(Nota: Este artículo se corresponde al material adicional del Capítulo 5 del libro El entrenador de trading, del Dr. Steenbarger).

En mi reciente artículo, describí un conjunto de técnicas de cambio a las que me refiero como “terapias para los que mentalmente están bien”. Estos enfoques breves e intensivos al cambio son muy distintos de las terapias tradicionales que vienen a la mente de la mayoría de las personas cuando piensan en la psicología. En los siguientes artículos, describiré algunos de los métodos específicos y cómo pueden emplearse en situaciones de trading – y en otras situaciones en la vida en las que el rendimiento importa.

También mencioné en ese artículo anterior, no obstante,  que estas técnicas no son los primeros pasos en un proceso de cambio. En cambio, es crucial establecer metas para el cambio: saber, antes de nada, qué es lo que quiere cambiar.

Eso no es fácil. Nos vemos tan absortos en ir tirando día a día, con responsabilidades en casa y en el trabajo, que la perspectiva global de nuestras vidas se queda en un segundo plano. Año tras año, nos ocupamos del trabajo y las rutinas, tan sólo para darnos cuenta más tarde en la vida que se nos han escapado las oportunidades.

Así que la primera cuestión a tratar en un proceso de cambio es: “¿Qué quiere cambiar?” O, dicho de otra manera: “¿Cómo le gustaría que su vida fuese diferente?”.

Las respuestas habituales a esta pregunta conllevan eliminar o reducir alguna situación negativa: “Quiero dejar de pensar negativamente”; “Quiero experimentar menos angustia”; o “Quiero discutir menos en mi relación de pareja”. Incluso cuando hay una respuesta positiva, a menudo es tan difusa que nadie podría actuar en base a ella: “Quiero sentirme mejor sobre mí mismo” o “Quiero ser un mejor trader”.

La ausencia de metas concretas sobre las que pueda actuar – y una clara visión del futuro – es uno de los principales motivos por los que permanecemos sumergidos en las minucias del día a día y por los que vamos tirando, pero sin realmente avanzar.

Si su vida es un lienzo y usted es el pintor, ¿qué aspecto tendrá la obra terminada? ¿Será una obra de arte, con un tema y una integridad propia, o será una colección aleatoria de colores y formas sin sentido o significado? Un pintor capta su visión en un lienzo. ¿Cuál es su visión para el lienzo de su vida?

He aquí un útil ejercicio que le puede ayudar a responder esa pregunta:

Imagine su muerte. Ha muerto y en la lápida hay inscrito un epitafio. ¿Qué hay escrito en esa lápida? ¿Qué describe de lo que deja atrás y del impacto que tuvo durante su vida? Imagine muy específicamente lo que le gustaría que dijese la lápida.

Ahora imagine que ha recibido los resultados de un reconocimiento médico. No cabe duda: le quedan, como mucho, cinco años de vida. No hay cura posible ni la enfermedad puede remitir. En cinco años habrán escrito su epitafio.

¿Qué haría durante esos cinco años? ¿Realizaría cambios radicales y haría las cosas de forma muy distinta a cómo las ha estado haciendo, o simplemente seguiría por su camino existente, tal vez a un ritmo más urgente? ¿Qué tendría que hacer durante esos cinco años para ganarse el epitafio que quiere al final de su vida?

Si lo que haría para ganarse el epitafio es muy distinto de lo que está haciendo ahora, probablemente esté en el camino equivocado. Descubrirá sus metas correctas en las actividades que metería en esos cinco años restantes: aquellas que más probablemente contengan lo que tiene importancia para usted, lo que le gustaría conseguir, lo que le gustaría dejar atrás.

Aprender las técnicas para realizar cambios en su vida es realmente la parte fácil. La parte más difícil es saber qué cambios realmente quiere realizar y mantenerlos muy presentes en su mente. Mark Twain una vez recomendó a la gente que nunca permitiesen que su escolarización interfiriese con su educación. De forma parecida, es importante no permitir que la vida interfiera con vivir.

No querrá ser esa persona, llena de arrepentimiento al final de su vida, dolorida y que ha hecho daño a otros. Tiene delante suyo un lienzo y un rico repertorio de pinturas. Todo lo que importa es lo que haga con esa oportunidad: enfrentarse al final con orgullo, satisfacción y el sentimiento de haber hecho de su vida una obra de arte.

Traducido del original: “Brief Therapy – Part Two:  The Vision and the Goals”, de la recopilación de artículos del Dr. Steenbarger en www.brettsteenbarger.com/articles.htm

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