Hay tres tipos de diálogo interno que son especialmente corrosivos:
- El diálogo victimista: En él nos decimos que otros han creado nuestros problemas y son responsables por nuestros infortunios y pérdidas. Incluso cuando las personas realmente son víctimas de algo, no les ayudará regodearse en la autocompasión. Ese diálogo nos roba de un sentimiento de control sobre nuestros destinos. ¿Cómo vamos a sentirnos energéticos y optimistas por la vida si nos estamos diciendo a nosotros mismos que los resultados positivos están fuera de nuestro control?
- El diálogo desesperado – A veces esas pérdidas y reveses se vuelven tan frecuentes o parecen tan insuperables que dudamos de que podamos alcanzar alguna vez el éxito y la felicidad. El diálogo internodesesperado es un componente importante de la depresión. Muchas veces, viene acompañado de una autocrítica destructiva, en la que dirigimos nuestro enfado y frustración a nosotros mismos por los resultados decepcionantes. El resultado es una pérdida gradual de optimismo y energía, en la que el estado de ánimo dominante puede expresarse como “¿Para qué?”
- El diálogo perfeccionista – Cuando reconocemos nuestros éxitos, reforzamos la auto-eficacia y la confianza en nosotros mismos. Nuestras victorias son la confirmación psicológica de que podemos, ciertamente, conseguir los objetivos que nos proponemos. El perfeccionismo nos roba de esas victorias al fijar estándares de éxito tan altos que no pueden alcanzarse. No basta con tener una operación ganadora; nos perdimos el último tick. No basta con ganar dinero en la semana; perdimos dinero el viernes. De forma peligrosa, el perfeccionismo convierte la victoria en derrota, machacándonos justo cuando necesitamos reafirmarnos.
¿Cómo superamos estos patrones de diálogo interno tan negativos? Un paso inicial valioso es hacer que nuestro diálogo interno sea explícito: pronunciar en voz alta lo que estamos diciéndonos en silencio. Como detallo en mi último libro El Entrenador de trading diario (de próxima publicación en español por la editorial MCapital), las técnicas cognitivas basadas en la utilización de diarios pueden ser particularmente útiles a este respecto. La idea es identificar las situaciones problemáticas mientras ocurren y escribir lo que está pensando y cómo se siente en esas situaciones. Esto aumenta su conciencia de sí mismo, para que pueda mejorar en cómo pensar sobre lo que piensa y en sorprenderse a sí mismo en el proceso de socavar su propio optimismo y confianza.
Si sigue utilizando el diario terminará interceptando los patrones de pensamientos negativos mientras se forman y los podrá reemplazar con formas más realistas y útiles de ver las situaciones. Es muy difícil actuar de forma destructiva cuando uno interrumpe su diálogo negativo y practica una conversación constructiva con uno mismo.
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