Una cosa es tener “una pasión por el trading”; otra bien distinta es descuidar esferas importantes de la vida en la búsqueda del éxito en los mercados. Puedo pensar en muchas pasiones personales, desde la escritura a mis relaciones familiares, que no me impiden dedicarme plenamente a otras actividades en el trabajo y en mi vida personal. De forma parecida, conozco muchos traders entregados que también están inmersos en otras esferas laborales, familiares y espirituales.
La triste verdad es que vivir para el trading generalmente interfiere con ganarse la vida con el trading. Al hacer que el rendimiento sea lo más importante – y permitiendo que la preocupación por el rendimiento dicte el estado de ánimo y cómo invierte uno el tiempo – los traders inevitablemente encuentran que su trading les está controlando a ellos, en vez de al revés.
Unas pocas preguntas de autoevaluación pueden resultar útiles:
¿Están sus actividades de trading contribuyendo a una falta de realización en su desarrollo físico y emocional? ¿En sus relaciones? ¿En su estado de ánimo y nivel de energía diario?
¿Cuánto tiempo pasa realmente preparándose para el trading vs. preocupándose sobre el trading?
¿Está generándole el trading bienestar o mermándolo?
¿Está el trading quitándole tiempo de las personas a las que quiere?
Las personas pasan enormes cantidades de tiempo siendo presas de una actividad pueden romantizar su monomanía, pero he descubierto que la mayoría de las veces simplemente son ineficientes: lo que consiguen objetivamente no es mayor que lo que otros consiguen de buen humor y con una actitud positiva en menos horas.
Operar para ganarse la vida puede traer un alto grado de libertad y autonomía. Eso es emocionante. Vivir para operar es la antítesis de la libertad y la autonomía: no puede ser libre si es un esclavo de la pantalla.
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