A veces escuchamos a los traders decir que se están saboteando a sí mismos. No hacen lo que deberían y a veces hacen lo que saben que no deberían hacer. Generalmente, los traders atribuyen estos problemas a dificultades personales. En este artículo, no obstante, voy a sugerir que tal “sabotaje” tiene una fuente muy distinta: una que rara vez admiten los psicólogos y entrenadores de trading.
En mi reciente artículo sobre la epistemología del trading, sugería que la integración conceptual es esencial para hacerse un experto en cualquier campo. Para esta integración no basta simplemente con tomar conciencia de la situación a nivel intelectual. Más bien, esta integración se convierte en una lente a través de la cual el experto ve el mundo. El médico experto, por ejemplo, ve las quejas de los pacientes de forma agrupada. Estos grupos se organizan en base a su comprensión de los órganos, las patologías y los diagnósticos. Un paciente con una mandíbula hinchada puede tener (entre otras cosas) paperas, un tumor de la glándula parótida, piedras salivares o una infección bacteriana. Piense en la gran cantidad de información necesaria para ordenar estas posibilidades para conseguir un diagnóstico personalizado adecuado – y todavía le queda recetar los medicamentos adecuados. En cuestión de minutos, el médico experto puede limitar las posibilidades, encargar las pruebas y escáneres adecuados y comenzar el tratamiento.
Un médico experto se parece mucho a un inversor a largo plazo: para convertirse en uno hace falta una integración consciente de la información adquirida durante un periodo de tiempo considerable. Una base amplia de conocimiento se utiliza para tomar la decisión adecuada en cada situación concreta. Este tipo de habilidad basada en el razonamiento se puede encontrar en otros muchos campos, desde la jurisprudencia (el juez del Tribunal Supremo que debe integrar los detalles de un caso concreto con un largo historial de casos relacionados para tomar una decisión) a la ingeniería.
Otras formas de maestría, tal y como la del trader a corto plazo, no permiten el lujo de tomar decisiones con calma. El piloto de combate, el portero de fútbol o el policía de los GEO debe integrar la información sobre la marcha, tomando decisiones críticas por “instinto”. Este instinto, no obstante, es en realidad una habilidad altamente automatizada. El scalper experto integra una gran cantidad de información de precio, volumen, hora del día y cambios en la profundidad del mercado. Esta integración, no obstante, no es un proceso deliberativo. Está integrado en la percepción del scalper. Al igual que en el beisbol un bateador debe integrar rápidamente la información sobre el lanzamiento del pitcher, la rotación de la pelota, la altura de lanzamiento y cuántas faltas lleva para poder decidir si intenta batear o mejor deja pasar la pelota, el scalper no puede permitirse el lujo de la deliberación. Una operación entera puede durar apenas unos segundos.
La pericia basada en la percepción es una necesidad evolutiva. Hay muchas situaciones en la vida – desde evitar a un coche que se nos viene encima a la interacción social compleja – que requieren que reaccionemos más rápidamente de lo que podemos procesar explícitamente. Tal y como describo en mi libro, la función del entrenamiento es someter a los atletas, artistas o traders a los patrones en tiempo real de un partido, una actuación o una operación de trading para afinar su pericia basada en la percepción. Ésta es una de las formas en las que el entrenamiento de los traders a corto plazo se parece más al entrenamiento de los atletas (en inglés) que a la educación de los jueces del Tribunal Supremo. Los inversores pueden aprender a ponderar los hechos y sacar conclusiones razonables como los jueces. Los traders a muy corto plazo, no obstante, necesitan integrar su pericia en sus sistemas de percepción. Son pilotos de carreras en un circuito, no conductores consultando un mapa de camino a la playa.
Hace tiempo, cuestioné varios mitos de la psicología del trading señalé que hay un proceso común a la adquisición de habilidades. Lo que podemos concluir de lo anterior es que el trading requiere habilidades muy distintas, dependiendo en parte del marco temporal del participante en el mercado. Cuanto mayor sea el marco temporal, más importante son la deliberación y el razonamiento explícitos. Cuanto más corto sea el marco temporal, mayor es la necesidad de un procesamiento perceptual rápido basado en el reconocimiento de patrones.
Cuando, no obstante, un trader opera en un marco temporal que es intradía, pero no al nivel de arañar unos ticks, tenemos un reto cognitivo único: la necesidad de integrar la habilidad perceptual con una base de conocimiento explícita. O, de forma más simple, la necesidad de integrar nuestros instintos con nuestro razonamiento. El cirujano de urgencias es un buen ejemplo de un experto que debe conseguir tal integración: tomar decisiones rápidas y sobre la marcha con un paciente al borde de la muerte, pero también poseer una gran cantidad de información con respecto al tratamiento adecuado. Un trader que opera con posiciones que duran entre minutos y horas debe responder rápidamente a cómo se desarrolla el mercado en tiempo real, pero también debe procesar constantemente información explícita sobre dónde está el valor justo de mercado, quién está participando en el mercado, si está dominando el sentimiento comprador o el vendedor, etc. Muchos, muchos traders tienen problemas porque les falta la preparación para coordinar lo que saben y lo que ven. Están operando en un marco temporal que requiere, no una, sino dos formas de maestría.
Muchos problemas de rendimiento en el trading – esos que parecen auto-sabotajes – no son el resultado de problemas de personalidad. Más bien, son el resultado de una integración defectuosa de estas dos formas de maestría. Por eso es por lo que puede que sepamos la operación que debemos realizar, pero no la vemos a tiempo para introducir la orden. De forma parecida, podríamos ver una operación estupenda y convencernos a nosotros mismos de por qué no la deberíamos tomar. Es como si tuviésemos dos cerebros: uno entrenado para responder instantáneamente a nuestras percepciones, el otro entrenado para ponderar los hechos relevantes. En cierta manera, es más fácil ser un scalper puro y duro o un inversor a largo plazo. El scalper prácticamente puede operar con el piloto automático puesto, respondiendo a los cambios en la profundidad de mercado de operación en operación. El inversor a largo plazo puede acumular distintos análisis y revisar los mercados semanalmente.
Pero ¿qué ocurre cuando seguimos los mercados a corto plazo, tick a tick (como el scalper), pero tomamos decisiones basadas en patrones planificados (como el inversor)? Corremos el riesgo de tener mentalmente dos series de datos y resultados que se interfieren entre sí. ¿Cómo solucionar este problema? Ese será el tema de mi próximo artículo. Por ahora, permítame sugerir un principio básico: las operaciones deben ser gestionadas sobre la misma base en la que se introdujeron. Eso quiere decir que, si iniciamos una operación por una serie de criterios razonados y planificados, necesitamos una serie de criterios razonados y planificados para gestionar la operación y necesitamos limitar nuestro seguimiento del mercado a esos criterios. Y al revés, si entramos en una posición por instinto, necesitamos gestionar la operación en base a lo que percibamos, no según todas las otras posibilidades que pensamos podrían ocurrir.
Los problemas de trading comienzan cuando iniciamos una posición en base a un sistema de procesamiento de la información, pero lo gestionamos mediante otro.
Traducido del original: Trading And Information Processing: Why Traders "Sabotage" Themselves
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