El trader que se pasa el día pensando en posibles catástrofes acabará por volverse averso al riesgo.
El operador que se machaca a sí mismo tras un día con pérdidas pierda la motivación para prepararse para el día siguiente y pierde una gran oportunidad.
El trader que es un perfeccionista no puede tolerar perderse un movimiento y acaba persiguiendo los máximos, justo cuando el mercado se da la vuelta.
El trader que cree que no puede hacer nada mal tras una racha de días ganadores opera en exceso y excede sus límites de pérdidas al día siguiente.
El trader que prepara sus operaciones cuando repasa los posibles escenarios para el día no duda en iniciar la operación cuando los datos económicos salen favorables y gana dinero por la mañana.
De todas estas maneras, cómo pensamos afecta a cómo nos sentimos y actuamos. Nuestro diálogo interno construye nuestra realidad personal y ayuda a definir nuestras opciones conductuales.
Traducido del original: We Gravitate Toward Our Self-Talk
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