Primer mito: las emociones son la raíz de los problemas en el trading. Sí, las emociones pueden interferir con la concentración y el rendimiento, pero eso no quiere decir que sean la causa principal. De hecho, la angustia emocional es el resultado de una mala operativa tan a menudo como es la causa de la misma. Cuando los traders no gestionan el riesgo adecuadamente u operan con unas posiciones demasiado grandes para el tamaño de sus cuentas, se arriesgan a tener unas respuestas emocionales desproporcionadas a medida que fluctúan sus pérdidas y beneficios. De forma parecida, cuando los traders operan utilizando patrones que no han testeado, que no tienen una ventaja objetiva en el mercado, van a perder dinero y, antes o después, van a experimentar un comprensible nivel de frustración emocional. Conozco a muchos traders de éxito que son muy competitivos y emocionales. También conozco a muchos trader de éxito que son muy analíticos y nada emocionales. El trading es una profesión que depende del rendimiento, al igual que el deporte de élite o la interpretación. El éxito en estas áreas se da en función de una serie de talentos (capacidades innatas) y habilidades (competencias adquiridas). Ninguna cantidad de auto-control puede, por sí sola, hacer que una persona tenga éxito como músico, jugador de fútbol o trader. Una vez que los individuos poseen los talentos y habilidades necesarios para triunfar, no obstante, entonces los factores psicológicos se vuelven importantes. La psicología dicta lo consistente que uno sea con las habilidades y talentos que uno tenga; no puede reemplazar esas habilidades y talentos.
Segundo mito: cualquiera, con esfuerzo y dedicación, puede ganarse la vida con el trading. Esto es absurdo. ¿Cuántas personas se ganan la vida como actores o músicos? ¿Qué proporción de los que hacen deporte pueden ganarse la vida como atletas? Mucha gente juega al ajedrez o al póker, pero ¿cuántos pueden ganarse la vida con ello? Sencillamente, para ganarse la vida con cualquier actividad que se base en el rendimiento hay que ser consistentemente bueno en lo que uno hace. No todo el mundo tiene el talento, la habilidad o el empuje para tener éxito – en cualquier profesión. En los muchos traders que he conocido en distintos entornos, desde los traders independientes que operan desde su casa a los profesionales en empresas de trading, los mejores factores de predicción del éxito han sido el tamaño de la cuenta de trading y los recursos a disposición del trader. Si una persona ganase 30% al año en sus cuentas año tras año, estarían entre los mejores gestores de capital del mundo. La mayoría de los gestores de capital de los fondos de inversión, de los fondos hedge y de los fondos de pensiones no pude mantener ese rendimiento. Si, no obstante, un trader comienza con un capital de $60.000 puede que no esté satisfecho con unos beneficios de $18.000. Esto lleva al trader a aceptar un apalancamiento excesivo y a arriesgarse a la ruina cuando se produzca una inevitable racha de operaciones perdedoras. De hecho, este excesivo apalancamiento es una de las principales causas de la angustia emocional en el trading. Fíjese en cómo ganaron dinero las Tortugas: aprendieron un método de trading, aprendieron a ser consistentes con dicho método y Richard Dennis les dio suficiente dinero como para que pudieran operar en varios mercados con suficiente tamaño como para añadir contratos a las posiciones rentables. Incluso con esos recursos, no todas las Tortugas tuvieron éxito. El talento, la habilidad y la oportunidad son los ingredientes del éxito y todos estos están distribuidos de forma normal entre los traders, al igual que están distribuidos de forma normal entre el público en general.
Tercer mito: la principal causa de fracaso en el trading es una falta de disciplina. Este es un mito perpetuado por individuos que se dicen “entrenadores de trading” y “gurús” y que: a) en realidad no operan y b) tienen un interés creado en que usted crea que lo único que le falta para conseguir el éxito son sus servicios. La principal causa de fracaso en el trading es la carencia de una ventaja objetiva en el mercado, operando al azar sobre patrones que no han sido testeados para ver si son rentables. Nunca consideraríamos comprar un coche simplemente echándole un vistazo. Querríamos saber más, conducirlo, mirar debajo del capó. Sorprendentemente, no obstante, muchos traders arriesgan mucho más dinero operando sobre patrones que nunca han estudiado o testeado. Muchas veces, el motivo por el que se desvían de sus métodos es que, intuitivamente, se dan cuenta de que esos métodos no funcionan. En cualquier campo basado en el rendimiento, vemos una verdad simple y dura: los mejores pasan mucho más tiempo practicando su juego, su carrera o su actuación de lo que pasan jugando, compitiendo o actuando. Esto es igual de cierto para la actriz de Broadway que para el atleta olímpico. Muchos traders, no obstante, creen que será suficiente con ir aprendiendo sobre la marcha. Desafortunadamente, a menudo sus cuentas no sobreviven a sus curvas de aprendizaje. Un ejecutivo bien situado en una empresa de trading me confió el año pasado que el tiempo medio que le lleva a un trader típico fundirse su cuenta entera es unos siete meses. No es que estos traders no tengan disciplina: simplemente no han practicado lo suficiente como para descubrir los mercados y estilos de trading adecuados para ellos y para perfeccionar su habilidad. En cualquier otro campo, uno puede encontrar niveles relativamente fáciles de competición: uno puede apuntarse a un grupo de teatro aficionado, jugar al golf en hoyos fáciles o ajustar el nivel de dificultad del programa de ajedrez. En cambio, en el trading no hay un nivel de competición fácil. Cuando introduce una orden en la bolsa, está enfrentándose a los profesionales desde el primer día. ¡No es extraño que sea tan difícil triunfar! La disciplina es necesaria para tener éxito en el trading, pero hay otros muchos factores aparte de la disciplina. Hace falta practicar de forma ordenada y cultivar las habilidades necesarias para leer los mercados y actuar sobre sus patrones.
En un mundo ideal, no tendría que intentar desmontar estos mitos. Usted podría obtener mensajes realistas acerca del éxito en el trading de las firmas de correduría, de las empresas que proporcionan paquetes de gráficos, de los gurus del trading, de los libros y las revistas. La realidad, no obstante, es que la mayoría de estas entidades con ánimo de lucro tienen un interés creado en perpetuar un sueño que, en realidad, es una fantasía cruel: que cualquiera puede triunfar a lo grande sin realizar y mantener un esfuerzo importante.
¿Me convierte esto en un viejo cascarrabias que quiere quitarle la ilusión a miles de aspirantes a traders? No lo creo. El motivo por el que escribí mi segundo libro, Enhancing Trader Performance, fue mostrar que hay un proceso común subyacente al desarrollo del rendimiento de élite en cualquier campo. Este proceso incluye varios componentes:
- Encontrar su nicho de mercado: identificar un campo en el que pueda aprovechar al máximo sus habilidades, talentos e intereses.
- Práctica deliberada: practicar las habilidades en un entorno cada vez más realista para prepararse para los desafíos de los partidos, las actuaciones o el trading real.
- Un feedback constante: la revisión intensiva del rendimiento para identificar los puntos fuertes y débiles, para poder capitalizar los primeros y tratar los segundos.
El éxito en el trading es posible al igual que en cualquier otro campo. Si alguien le dice, no obstante, que el camino hacia el éxito en el trading es distinto que para ser cirujano o atleta profesional, sepa está escuchando un mito. Si elige el camino del profesional de élite, el trading puede ser un desafío maravilloso y gratificante. Si el trading no es el camino ideal para su desarrollo como persona, entonces le irá mejor buscando su pasión en otro sitio y gestionando su dinero con prudencia. El objetivo es desarrollar lo mejor de uno mismo, ya sea como trader o como otra cosa. Su vida no se merece menos.
Traducido del original: Three Pervasive Myths of Trading Psychology
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